Poza Rica, Ver.- (Vanguardia de Veracruz).- La dura competencia que ejercen al menos 50 embotelladoras de agua presentes en Poza Rica ocasionó que la marca Bonafont cerrara su planta en la ciudad, dejando al menos a 100 personas sin empleo.

Extrabajadores confirmaron a este medio que la causa principal por la que esta empresa cerró es que de manera repentina subieron a 44 pesos el garrafón que anteriormente costaba 39, volviendo insostenible la situación económica, pues las ventas se vinieron abajo.

Competidores baratos

“Muchas veces allá arriba se toman decisiones detrás de un escritorio sin conocer la problemática en la población o en el mercado, el problema fue que ellos le subieron mucho al agua, dijeron que por la inflación ya no les daba y se incrementó mucho el costo (sic) el problema fue que la competencia no subió, para nosotros la competencia era Ciel, porque eran las mejores aguas, porque ya de ahí hay otros, como 50 purificadoras, pero pequeñas, cuestan desde 10 pesos y los encuentran en cada esquina, pero es agua que no le da ninguna garantía al cliente porque a los tres días esa agua ya huele mal o ya le empieza a salir limo”, expuso el entrevistado.

Siguió relatando que el precio final de Bonafont fue de 44 pesos; “íbamos parejos con Ciel, 39 y 39, de ahí nosotros le subimos a 40 este año, después a los dos meses otro aumento, ahora a 42, y Ciel se mantuvo así, siendo que a los dos meses Bonafont le subió a 44, ya era demasiado”.

Aumento a 44 pesos: el tiro de gracia

Ante los constantes incrementos, los trabajadores advirtieron que las ventas podrían venirse abajo, pero nadie les hizo caso.

“Nosotros no estuvimos de acuerdo y protestamos, dijimos que ese iba a ser el tiro de gracia, porque ya estábamos batallando para mantener los clientes que teníamos, pero nos respondieron que las órdenes venían desde arriba y dijeron que para poder sostener (la empresa) se tenían que hacer otros incrementos; es decir en 5 meses le subieron 5 pesos, pero Ciel se mantuvo y por eso cayeron las ventas”, señala el exdistribuidor.

Para septiembre lo que auguraron los distribuidores se hizo realidad; el desplome de las ventas hizo aún más insostenible esta situación. Por ejemplo, nuestro declarante señala que si normalmente vendían 3 garrafones en una casa, con el elevado precio sólo compraban uno y lo utilizaban para beber, mientras que para la comida compraban agua económica, cuyo precio no rebasa los 15 pesos.

No obstante, en comparación con los precios en otras ciudades, Poza Rica aún mantenía un precio aparentemente accesible, pues en la Ciudad de México el precio es de 50 pesos por garrafón, en el puerto de Veracruz es de 47 y Puebla en 49 pesos.

Al ver que los números ya no les favorecían y no podían competir contra empresas cuyo producto era aún más barato, Bonafont decidió cerrar la planta; los trabajadores sólo solicitaron que los liquidaran conforme a derecho y a través de su sindicato les reconocieron su antigüedad y pagaron lo justo.

Metas que no se cumplieron

Los trabajadores insisten en que, con el aumento, las metas que la empresa se fijó no pudieron se alcanzadas, por lo que ese habría sido el detonante para cerrar la planta; los empleados se mostraron inconformes con los objetivos mensuales, pues estos se comparaban con las del año pasado sin tomar en cuenta factores en contra.

“Por ejemplo si en el mes de septiembre del 2021 se vendieron 150 mil garrafones, nos pedían que para el 2022 vendiéramos 200 mil, pero era imposible, ellos no se ponían a pensar que el precio no nos favorecía, pero eso sí, si lográbamos las metas nos llegaba un bono o nos daban regalos”, declara.

Al menos 100 desempleados

Tras el cierre de la planta en Poza Rica, al menos 100 trabajadores se quedaron sin empleo, pero muchos de ellos por su vasta experiencia fueron contratados por otras empresas mientras que otros aún esperan una oportunidad laboral.

Además, se confirmó que la planta no será reabierta pues incluso la empresa les indicó que en dos ciudades ya buscaban la instalación de la misma, ya que en Poza Rica no había ninguna opción de crecimiento económico.

“Los empresarios vienen a invertir y si no les da, pues se van”, dijo el entrevistado, quien atribuye el cierre principalmente a las rellenadoras que abundan en la ciudad y que, si bien es cierto, son accesibles en precio, asegura que no están tratadas de manera adecuada. “Esta agua a los tres días ya le salió limo, porque el agua no está bien tratada, solo que por su precio la gente la compra, pero a largo plazo hace mal”, remató.

Es importante mencionar que algunas versiones señalan que la empresa habría cerrado por una clausura impuesta por las autoridades ambientales debido a una supuesta sobre explotación a los pozos de barreno, pero ninguna autoridad ha confirmado esta versión.

Por Clemente Hernández Reyes

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