Xalapa, Ver.- (Vanguardia de Veracruz).- Este viernes fueron liberadas las instalaciones del Colegio Preparatorio de Xalapa (CPX), las cuales permanecieron tomadas desde el pasado 19 de junio por un grupo de padres de familia y alumnos que exigían la permanencia del director Luis Manuel González García.

Desde temprana hora, la calle Benito Juárez García, donde se ubica el plantel, fue reabierta al paso vehicular y peatonal, y las puertas del colegio fueron abiertas para permitir el ingreso del estudiantado.

La liberación del inmueble ocurrió luego de que, horas antes, personal docente, administrativo y de apoyo del turno diurno urgiera el cese de la protesta, al advertir que la toma afectaba directamente el desarrollo académico de cientos de alumnos, especialmente aquellos por concluir su bachillerato.

A través de un pronunciamiento conjunto, los trabajadores señalaron que corresponde exclusivamente a la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y a la comunidad interna del plantel definir la designación de la nueva dirección. Rechazaron cualquier intento externo de intervenir en ese proceso.

“El nombramiento de la persona que encabezará la dirección del Colegio es una decisión institucional que no debe estar sujeta a presiones externas”, expresaron.

Uno de los puntos más sensibles, añadieron, es el impacto que la toma tuvo en estudiantes de sexto semestre que están por egresar y requieren su documentación para continuar sus estudios superiores. Advirtieron que cualquier retraso en la entrega de certificados podría tener consecuencias graves para su futuro académico.

“Estamos haciendo un esfuerzo adicional para que estos trámites no se vean interrumpidos. Por ello, hemos continuado con la aplicación de exámenes y la gestión de documentos en sedes alternas, actuando de manera voluntaria y con responsabilidad”, indicaron.

El conflicto también afectó los turnos vespertino y mixto, cuyos procesos académicos y administrativos resultaron alterados por la toma del edificio.

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Xalapa, Ver.- (Vanguardia de Veracruz).- Pacientes del Centro Estatal de Cancerología “Dr. Miguel Dorantes Mesa” (CECan) en Xalapa denunciaron una creciente escasez de medicamentos oncológicos y terapias especializadas.

Durante un recorrido realizado por este medio en las inmediaciones del hospital, personas originarias de distintas regiones del estado coincidieron en señalar que la farmacia del CECan no cuenta con diversos fármacos necesarios para tratar padecimientos como el cáncer de próstata, leucemia linfoblástica aguda y otros tipos de cáncer.

Entre los medicamentos señalados como desabastecidos figuran el metotrexato, la citarabina, la vincristina, la mercatopurina y la leuprorelina. Este último es indispensable para Roberto, un paciente de cáncer de próstata que cada seis meses debe viajar desde su comunidad —a dos horas de distancia— para recibir la inyección.

“Si no me la pongo, el cáncer avanza; ya lleva cuatro años ahí, detenido”, relató.

Debido a la escasez, explicó que adquirir el tratamiento por su cuenta representa un gasto de hasta 40 mil pesos en farmacias particulares.

Maximina, otra paciente del CECan, contó que debe recurrir a asociaciones civiles para conseguir sus medicamentos. “Vengo cada mes, pero no me dicen por qué no hay medicina”, afirmó.

A las afueras del hospital, Ericka, madre de una menor con leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo, denunció que tampoco hay existencia de citarabina, ni de mercatopurina, esta última con un costo aproximado de cuatro mil pesos por caja. “Debe tomarla diario para complementar su quimioterapia”, señaló.

De igual forma, Larissa, madre de otro niño con leucemia, aseguró que la mayoría de las familias que acuden al CECan enfrentan las mismas carencias. “No hay fecha, no hay solución. Y no es solo para los niños, también falta para los adultos. Las recaídas están aumentando”, lamentó.

De acuerdo con los testimonios, el desabasto se ha hecho más evidente durante el último mes.

Por Paco De Luna
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Xalapa, Ver.- (Vanguardia de Veracruz).- El académico de la Universidad Veracruzana (UV), Jorge Manzo Denes, acudió este viernes 27 de junio a las oficinas de la Junta de Gobierno para registrar su aspiración a la rectoría de esta casa de estudios. Sin embargo, al llegar a las instalaciones ubicadas en la avenida Rafael Murillo Vidal, se encontró con que no había personal presente, a pesar de tratarse de un día laboral.

“Estamos aquí en horario laboral y da la casualidad de que no hay nadie, ni una secretaria que reciba el documento. Entonces no sé qué decir al respecto. A nosotros como académicos y trabajadores nos exigen firmas o hacer un chequeo de entrada y salida de horario laboral, nos tienen estrictamente vigilados y aquí sí se pueden ausentar todos”, reclamó el catedrático.

Según explicó, la Ley Orgánica de la UV establece que la convocatoria para la renovación de la Rectoría debe emitirse el próximo lunes 30 de junio, por lo que decidió anticiparse con su documentación. Al no ser atendido, señaló que acudirá ante un notario público para dejar constancia de que este viernes, a las 10:00 de la mañana, no había trabajadores en las oficinas correspondientes.

Jorge Manzo también anunció que promoverá un amparo legal para anular la prórroga otorgada a Martín Gerardo Aguilar Sánchez, quien fue ratificado el pasado lunes 23 de junio como rector para un segundo periodo que se extenderá de septiembre de 2025 a agosto de 2029.

Dicha decisión ha provocado inconformidad en distintos sectores universitarios. Estudiantes, exalumnos y docentes se han manifestado en contra de la reelección, argumentando que representa un retroceso para la vida académica de la institución.

El pasado miércoles 25 de junio, un grupo de inconformes marchó desde la Rectoría hasta la sede de la Junta de Gobierno para exigir una auditoría a la gestión de Aguilar Sánchez. Solicitaron al Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (Orfis) que revise el manejo de los recursos públicos ejercidos entre 2021 y 2025.

Jorge Manzo Denes tiene 62 años, es Investigador Asociado de Tiempo Completo en el Laboratorio de Neurociencias del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana.

Por Paco de Luna
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