Poza Rica, Ver.- El trabajo incansable de médicos en la pandemia ha sido factor clave para salvar vidas. Este 23 de octubre, que se conmemora el Día del Médico, instituciones como la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social y el ISSSTE reconocen la incansable labor de ellos.

Los médicos simplemente ganaron el respeto de la sociedad con la labor que hasta ahora han desempeñado, incluso algunos arriesgaron la vida para salvar a sus pacientes; se estima que en la zona de Poza Rica al menos 15 trabajadores de la salud lamentablemente perecieron por esta terrible enfermedad.

Sin embargo, algunos profesionales al inicio de la pandemia también denunciaron falta de insumos, equipos de protección personal, deficiencias que autoridades tuvieron que subsanar con el fin de que muchos de ellos no renunciaran.

Y es que justo cuando se cree que por la vacunación la pandemia ha sido controlada, los médicos aun realizan un esfuerzo sobrehumano en cada uno de los hospitales, acciones que los han hecho merecedores del cariño y la admiración de millones de personas. No sólo médicos jóvenes, también hay quienes cuentan con vasta experiencia y hasta jubilados que, por el amor a su profesión y juramento regresaron a los hospitales para salvar vidas.

Durante el 2020, los médicos experimentaron rechazo y fueron objeto de agresiones por parte de personas que en su desconocimiento por la enfermedad, los acusaron injustamente de propagar el virus. Sin embargo, a casi dos años de iniciada esta pandemia, han dejado una huella imborrable durante la contingencia.

La estrategia del sector salud contempló en áreas COVID a médicos con especialidad y generales que, aun y con miedo ante el riesgo de resultar contagiados y enfermar a sus familiares, se unieron a la lucha, en la llamada primera línea de atención.

VACUNACIÓN, UNA ESPERANZA

En medio de la pandemia, los avances de la ciencia se hicieron presentes. Una vez que fue aprobada la vacuna del laboratorio Pfizer, el biológico comenzó a ser distribuido rápidamente en México.

La madrugada del 13 de enero, bajo fuerte custodia de Guardia Nacional y la SEDENA, arribaron a Poza Rica cerca de 400 vacunas para los médicos y enfermeras, fue un día histórico, pero también, para ese momento habían fallecido varios trabajadores por COVID-19.

La aplicación de la vacuna representó esperanza; poco a poco la Secretaría de Salud comenzó con la distribución de dosis en todas las unidades médicas, dando prioridad a quienes atendían pacientes sospechosos.

Sin embargo, la falta de cooperación de miles de personas causó que los médicos tuvieran que doblar turnos o trabajar jornadas agotadoras ante hospitales que llegaron al cien por ciento de su ocupación como el hospital regional de Poza Rica y el HGZ-24 del IMSS.

Por un lado, había quienes luchaban contra la enfermedad, y por otro, calles repletas de personas sin ningún tipo de cuidado, esto vino a generar un estrés laboral enorme y muchos de ellos tuvieron que someterse a tratamientos psicológicos.

De acuerdo con la primera Encuesta Nacional de Salud Mental del sector médico, arrojó que los médicos padecen ansiedad, depresión, insomnio, eventos traumáticos por la muerte de cientos de personas y el elevado riesgo de enfermar y contagiar a sus familias, además por las largas jornadas de trabajo.

Hasta el mes de julio de este año, 4 mil 80 trabajadores de la salud habían muerto a nivel nacional, de los cuales 40 % eran médicos.

PIDEN QUE CONDICIONES MEJOREN

Si bien hasta el momento la vacunación ha sido factor clave y representa una esperanza de vida para los que ya han sido inoculados, los médicos aún se ven obligados a cumplir con jornadas extenuantes y hay pocas horas de descanso.

Del total de trabajadores, sólo algunos son basificados, la mayoría trabaja mediante contratos y con pocas prestaciones, además de percibir salarios no tan elevados, lo que contrasta con los años de preparación por los que pasan. Incluso, hubo quienes decidieron cambiar de sindicatos al considerar que no defendían sus derechos.

Casi dos años después de la pandemia, los trabajadores de la salud exigen mejores condiciones para ellos y sus familias.