Poza Rica, Ver.- (Vanguardia de Veracruz).- ¡Desde tiempos ancestrales y en todas las culturas-sin excepción-siempre se ha privilegiado al sexo masculino en las múltiples y variadas actividades del ser humano y no tanto porque existiera una fobia en contra del sexo femenino, no! sino que las actividades de la mujer ya estaban restringidas y limitadas virtud a su sexo y al encargo de la naturaleza de perpetuar la especie. De esta suerte en todas las religiones los profetas, precursores o guías espirituales han sido varones. En la antigüedad la inmensa mayoría de los reinados, gobiernos, primeros ministros o mandatarios pertenecían al género masculino, y aun así prevaleciendo en las primeras épocas de la humanidad la discriminación de género, nunca pudo el hombre demostrar que tiene más capacidades que la mujer y si en cambio la mujer ha podido demostrar que las mismas capacidades que tiene el hombre las tiene ella, con todo y la diferencia de sexos que existe entre ellos, lo que derrumbó el vergonzoso concepto de la “supremacía histórica del hombre “

Los tiempos modernos han sido generadores de consciencia y las mujeres fueron poco a poco abonando el terreno para lograr primero la igualdad de género que no es otra cosa que el principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley. En México se había combatido la desigualdad económica y social, pero no la política y fue así que el 17 de octubre de 1953 el entonces Presidente de la Republica don Adolfo Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en ámbito federal. Sobra decir que ya había antecedentes de la mujer organizando, participando y demandando sus derechos ciudadanos en los foros feministas, sólo que esos avances no se materializaron si no varias décadas después, debido a que en la mayoría de los casos seguían siendo los hombres quienes decidían lo que sus esposas, hijas o hermanas debían de hacer.

Un hermoso y memorable día el 3 de julio de 1955 las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto, en aquella ocasión se eligieron a diputados Federales para la XLIII legislatura. En el México actual, se repudia todo acto u omisión que tenga por objeto o por resultado, impedir, obstruir, restringir, o menoscabar el ejercicio igualitario de los derechos de la mujer. Aunque la realidad refleja en lo general, que las mujeres siguen trabajando más y ganando menos, tienen menos opciones de desarrollo y sufren múltiples formas de violencia en el hogar y de género; en lo particular y esto no deja de ser una conquista de ella, hay mujeres cuya preparación académica y salarios, rebasan al del esposo, del hermano y del padre.

Por último, tenemos que ver a la mujer como una aliada, como una compañera en nuestra vida, como la unidad más importante en nuestra relación marital, jamás la debemos de ver como auxiliar doméstica, con la que de manera desigual hacemos las labores del hogar o el cuidado de los hijos. La mujer, en el terreno donde se encuentre, cercano o distante siempre habrá de ser el complemento del hombre; que literalmente se traduce en una cosa que se añade a otra, para hacerla mejor, más completa, efectiva o perfecta. La mujer es el elemento que da vida a la vida y hace más llevadera la carga pesada del hombre.

Por Rafael Martínez Zaleta