Veracruz, Ver.-(Vanguardia de Veracruz).-  La laguna de Tarimoya hace unos meses era un espejo de agua, pero hoy se ha convertido en un terreno árido y agrietado en donde los vestigios del líquido que corría en el lugar están a punto de desaparecer, como resultado de la temporada de calor y falta de lluvia.

La humedad que guarda en algunas partes hace notar que en este lugar había agua, pero otro detalle más desolador también delata que aquí se encontraba una laguna, donde los peces muertos todavía se encuentran en el sitio y despiden un fuerte olor a descompuesto, aunque fueron cubiertos de cal por vecinos cansados de los fétidos hedores.

Con un kilómetro aproximado de extensión, este espejo inicia desde la colonia Los Pescadores y concluye hasta la calle Epigmenio Guzmán, donde al día de hoy sólo subsiste un pequeño charquito de agua, como resultado de los efectos del estiaje y falta de atención a dicho problema.

Lorenzo Eleuterio Colorado, un pescador y vecino de la zona, cuenta que hace unos meses el gobierno estatal realizó acciones para rescatar el cuerpo de agua; sin embargo, no se realizó el dragado y con esta temporada de seca volvió a quedar sin agua.

Platica que para aprovechar los peces que quedaban, él y su sobrino se dieron a la tarea de rescatarlos antes que terminara de secarse la laguna, los ejemplares fueron depositados en un estanque propio que tiene al interior de su vivienda.

Este banco alcanza las 300 mojarritas de edad mediana, las cuales son cuidadas y alimentadas con esmero, esperando poder desarrollarlas y aprovecharlas para su consumo.

El pescador, quien tiene su vivienda a un costado de la laguna, detalló que en este cuerpo de agua había hasta 5 metros de profundidad y en años anteriores hasta era una opción para la pesca, pero los sedimentos y desechos que las personas lanzaron, se fueron acumulando y acabando con la laguna

“Antes caía mucha tierra de la colonia La Reserva y se fue llenando de esa tierra, hasta que acabaron con la laguna. Había mucha mojarra y pudimos rescatar unas cuantas, pero muchos peces murieron y se generó una peste enorme, tuvimos que echar cal”.

Lorenzo cuenta que, hasta el mes de febrero todavía se observaba el espejo de agua y en un lapso de dos meses se acabó por completo, con el aumento de las temperaturas y la falta de lluvias.

El pescador lamenta que no solo fueron peces los que se extinguieron, también han desaparecido tortugas, aves e incluso cocodrilos, afectando el ecosistema de varias especies.

Por su parte, José Francisco Castañeda, vecino del lugar, coincide que la laguna comenzó a secarse de manera gradual, pero en los últimos dos meses la situación empeoró con el aumento en las temperaturas.

Recuerda que, hasta dos meses, vecinos de la zona acudían a pescar algunas mojarras para su consumo, ahora el panorama es desolador.

Mencionó que hace apenas un año, autoridades estatales de medio ambiente hicieron un trabajo de rescate con un proyecto de limpieza, pero por la falta de dragado se volvió a secar.

Ambos entrevistados llaman a las autoridades para contribuir en el verdadero rescate de la laguna, invirtiendo no sólo en su limpieza, sino en un dragado que permita a este cuerpo el autoabastecimiento en temporadas de sequía.

Por Andrés Salomón

DAD