Poza Rica, Ver.- (Vanguardia de Veracruz).- Ante falta de medidas de seguridad, datos ligados a cuentas bancarias de miles de personas son vulnerables y terminan en manos de cibercriminales que realizan compras por las que los bancos no responden.

La vulnerabilidad de estos datos genera que el dinero que hay en cuentas bancarias pudiera ser hurtado por quienes se dedican a este tipo de delitos informáticos.

Y es que desde números de cuentas y hasta los Códigos de Valor de Verificación de Tarjeta (cvv) terminan en manos de personas que usurpan la identidad de los verdaderos cuentahabientes y realizan compras por montos elevados.

Según la Condusef, de enero a marzo de este año, por posibles fraudes, se acumularon 1 millón 28,691 quejas, lo que equivale a la cantidad de 5,061.5 millones de pesos; mientras que por robo de identidad fueron 6,116 quejas que hacen un total de 206.4 millones de pesos. Sin embargo, también admitieron quejas que tienen que ver con la banca electrónica que ascendieron a 30 mil 527 y representaron 616 millones de pesos.

Pero la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros también advirtió que en los primeros tres meses del 2021 los bancos con mayor número de quejas por posibles fraudes fueron: Bancoppel, con 210,657 casos y un monto de 186.3 millones de pesos; le sigue Citibanamex con 170 mil 254 quejas que equivalen a 993.7 millones de pesos; mientras que Banco Azteca, con 123 mil 586 incidentes registrados que suman 301.9 millones de pesos.

Mientras que en Poza Rica, usuarios de la banca en línea lamentaron que sea cada vez más frecuente que el sistema de BBVA deje de funcionar, pues es sinónimo de que es un sistema vulnerable y, cuando menos se espera, colapsa, dejando sin servicio a los usuarios pero también en ese espacio sus datos quedan prácticamente desprotegidos.

COMPRAS QUE NO HICIERON

Angélica, quien es docente y radica en la colonia Tepeyac de esta ciudad, denunció que en el Buen Fin cargaron a su cuenta compras por 93 mil pesos, y ahora, el banco no quiere deslindarla. “Ellos argumentan que se hicieron en línea y yo ni la aplicación tengo, es imposible porque no compro en línea, antes me rehusaba a creer que mis datos hubieran sido clonados, pero con esto es más que obvio que ni siquiera en el banco el dinero está seguro”, señaló visiblemente enojada.

La Condusef reconoce que hasta ahora los cargos no reconocidos son la causa número uno de quejas, generalmente por montos que rebasan los 20 mil pesos.

Para las instituciones bancarias no es suficiente que los usuarios desconozcan la compra, es necesario iniciar un proceso de aclaración donde no siempre los deslindan; apenas en enero de este año y debido al alto número de casos por compras que los cuentahabientes no hicieron, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que los bancos deben pagar los intereses cuando se realizan cargos que el titular no reconozca. Si bien el depositario tiene un deber de cuidado sobre el dinero que le entrega el depositante, no siempre se cumple con el cuidado de los recursos, y así surgen las afectaciones al patrimonio de los usuarios.

LLAMADAS QUE NO SON DEL BANCO

De acuerdo con otro testimonio, en sólo un mes, recibió llamadas que simulaban ser de dos instituciones de crédito distintas: “eran como las 9 de la mañana y me dijeron que en mi cuenta se había detectado que alguien quiso hacer una compra por 15 mil pesos y que para bloquear la compra o cancelar todo debía iniciar un proceso para desconocer el cargo, pero antes de eso me pedían códigos de la tarjeta, tenían el número de la tarjeta pero no la clave, colgué porque supe que los bancos no operan de esa manera”, revela David, otro usuario al que estafadores intentaron sorprender.

CRÉDITOS QUE NO SOLICITAN

En los bancos no sólo la información de las cuentas bancarias está en riesgo, según la maestra Angélica, pues ella y varios de sus compañeros son hostigados a diario por empresas que ofrecen créditos que ellos no solicitaron.

Lo curioso es que los datos relativos a la cuenta y sus números de teléfono sólo están, o en teoría, deberían estar en poder del banco y tienen comprobado que las bases de datos terminan en manos de financieras que, en su afán de colocar un crédito, llaman en repetidas ocasiones a los usuarios.

“Hablamos entonces de que no hay seriedad, dejas muchos datos importantes y aunque se hace firmar un aviso de privacidad o protección de datos personales no pasa; los datos terminan por ahí, en manos de quién sabe quién”, expone.