Poza Rica, Ver. (Vanguardia de Veracruz).- El consumo de alcohol comienza como un juego, pero tiene severas consecuencias en la salud, desde un accidente, ansiedad, depresión, diabetes y cáncer, padecimientos que se exponen a máxima potencia.

Este martes se llevó a cabo la conferencia sobre los Factores de Alto Riesgo en la Salud por el Alcoholismo, impartida por ponentes profesionales de la medicina, donde se advirtió que el consumo comienza con un juego de jóvenes para la convivencia, e incluso los padres pueden ser quienes fomenten el hábito al invitarlos a ocupar las bebidas embriagantes en su hogar, “para que aprendan a tomar”.

Entre los factores de riesgo se dijo que actualmente los jóvenes realizan fiestas donde no hay consumo de alimentos, pero sí libre demanda de alcohol, generando daños al sistema digestivo y hepático.

Se destacó que las empresas dedicadas al ramo de vinos y licores manejan discursos incongruentes, ya que cuentan con un programa de responsabilidad social con becas para estudiantes destacados, siendo que al mismo tiempo con el consumo de los jóvenes logran sus ventas.

Los expertos en la salud advierten que el alcohol es considerado como la droga cuando se inicia a temprana edad, luego que varios enfermos provienen de patrones familiares que han normalizado el consumo, en algunos casos el origen de su adicción surge por baja autoestima por la falta de amor en el hogar o ser producto de embarazos no deseados.

Con la pandemia por coronavirus el alcoholismo tuvo un alza en su consumo con los pacientes de ansiedad y depresión, lo que puede fortalecer los problemas de salud mental. Dejaron en claro que toda persona que realiza un tratamiento con medicamento no puede beber licor, ya que de esto se presentan interacciones de tipo hepático y renal que pueden dejar consecuencias fatales.

En cuanto al género, advierten los médicos que las mujeres no están diseñadas para consumir, ya que de existir el embarazo puede tener consecuencias en el bebé, con un bajo peso o síndrome fetal. Además, destacaron que el alcohol deja sensaciones por su ingesta, el primero es la desinhibición, la euforia y la persona se transforma totalmente.

El consumo también deja efectos depresores como la dificultad de hablar o la alteración de la vista, traduciéndose en riesgos inmediatos como los accidentes, caídas, broncoaspiración, pleitos familiares y la violencia.

A corto y largo plazo deja consecuencias graves como la afectación sistémica, con la presión arterial, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, problemas digestivos, cáncer de mama, de boca y de garganta. De esto, el 80 % se relaciona con el consumo de alcohol, tabaco y drogas.

El cáncer de hígado tiene mención especial, ya que su proceso conlleva a la fibrosis y culmina con cirrosis hepática, y en diagnóstico apenas se logra descubrir en el 17 % de los casos, ya que su principal causa es el exceso de la fructuosa y México es un país que tiene fácil acceso al consumo de las frutas, donde proviene este elemento que al combinarse con alcohol se potencializa el padecimiento.

El problema del alcohol se conjuga con la diabetes, los médicos dijeron que el 50 % de la población no sabe que la padece y hasta 10 años después se da cuenta. Por ello se expone la salud cuando se consumen los cinco enemigos blancos: harina, arroz, azúcar, lácteos y sal.

“El alcohol es un acelerador, hay genes para determinar la enfermedad, pero se detona. El alcohol funciona como erosión al esófago, mientras que el hígado está en etapa de fibrosis, muy marcada”, puntualizaron.

FACD