Poza Rica, Ver.- (Vanguardia de Veracruz). – Solicitar un crédito se ha vuelto una de las mejores opciones para hacer frente a la crisis económica que viven miles de personas en la ciudad, sin embargo, también hay quienes buscan estafar a entidades financieras solicitando créditos que no pagan.

En la ciudad de Poza Rica, los bancos y financieras otorgan diariamente préstamos bajo distintas tasas de interés, algunas más caras que otras.

De acuerdo con los promotores de créditos solidarios, son mujeres las que encabezan la lista de personas que solicitan apoyo para financiar un negocio. En los bancos, los préstamos destinados al fortalecimiento de micronegocios han incrementado hasta en 40 % en comparación con el 2020, mientras que, en conocida firma bancaria con 3 sucursales en Poza Rica, los créditos para negocio los lideran varones. En un mes se aprueban hasta 200 solicitudes, señala ejecutivo de cuenta.

Pero no en todos los casos las empresas recuperan el total de los créditos colocados, pues también existen personas que sólo buscan cometer fraudes y han hallado su modus vivendi.

De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria, al cierre de julio de 2022, los activos totales del sector de Banca Múltiple alcanzaron $12,263 miles de millones de pesos (mmdp), lo que representó una disminución mensual real de 0.22 %; sin embargo, la cartera de crédito con riesgo de crédito etapa 1, alcanzó un saldo de $5,688 mmdp al cierre de julio de 2022, lo que representó 95.8 % de la cartera total reportando además un aumento real de 0.1 % respecto a junio de 2022. En términos de calidad de la cartera, el Índice de Morosidad se situó en 2.34 %, 0.02 pp (puntos porcentuales) más que el nivel observado el mes previo, lo que significa que, el número de personas que solicitan un crédito y no lo pagan aumentó un .02.

Cabe hacer mención que, a partir del 12 de agosto, la tasa de interés interbancaria se incrementó a 8.50, con lo que créditos serían mucho más caros y difíciles de pagar para muchas familias.

En igual sentido, Teresa Carvajal, representante legal del barzón veracruzano, explica que en medio de una crisis como la que se vive por la subida de precios, el encarecimiento de las deudas por el aumento en las tasas de interés, y la disminución del poder adquisitivo del dinero, los bancos siguen colocando créditos sin responsabilidad.

Lo que podría complicar en los próximos meses, o años, el escenario para las familias que en estos momentos tiene que recurrir a préstamos para poder completar su gasto o pagar deudas preexistentes.

Es decir, si bien un crédito sirve para ayudar en momentos complicados a los acreditados proporcionándoles un alivio temporal; lo cierto es que los acreditantes, deberán -para garantizar la viabilidad del pago del crédito- realizar un análisis sobre la capacidad real de pago de los solicitantes, y ceñirse a las sanas prácticas en materia de usos y prácticas en materia de prestación de servicios financieros.

Pero, ¿qué sucede en la práctica? pues que lejos de darle al crédito el fin para el que fue creado, se actúa con abuso por parte de bancos, financieras y demás prestamistas, quienes se aprovechan de la necesidad de quien está solicitando el financiamiento, al otorgar créditos que se encuentran fuera de la capacidad de endeudamiento de un trabajador, por ejemplo, o de un productor que espera con su cosecha cubrir con el compromiso, o de un comerciante que no ha recuperado

su nivel de ventas.

Complicando su situación al no darle a conocer los términos completos de los contratos a firmar, lo que impide que estos puedan -bajo la presión y el apuro económico- discernir o declinar de su intención, frente a un crédito usurero.

No enterándolo tampoco de la cantidad final a pagar, y de las consecuencias legales y moratorias en caso de impago, eso sin considerar que en la mayoría de los casos al dejar de analizar la capacidad de pago provocarán en el deudor la pérdida de las garantías que otorgó para contratar; y entonces el acreditante habrá ganado doble, por una parte, lo que estuvo cobrando a título de intereses y por

otro despojar bienes que superan el valor de la deuda.

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