Poza Rica, Ver.- La ciudad que hasta hace algunos años era un referente nacional por su riqueza petrolera, hoy evidencia una severa crisis económica, no sólo generada por la pandemia, también atribuible a la extorsión de las mismas autoridades a los empresarios, comerciantes y cientos de ciudadanos.

Salir a las calles a cualquier hora del día, o incluso de noche, aterra a cientos de personas, saben que son vulnerables a ser detenidos.

Cual viles delincuentes, elementos municipales tienen nuevas formas de atracar y ahora, durante la noche principalmente, circulan con luces apagadas, saben que la clave ahora es rondar tiendas de conveniencia o depósitos de cerveza, ahí esperan que los clientes salgan y después los siguen para cuestionarlos, les meten miedo por traer aliento alcohólico y, finalmente, los detienen.

Esta forma de atracar de los municipales les ha dejado por cada detenido cantidades que van desde los 10 mil hasta los 15 mil pesos. “Ahora ya no puede uno ni regresar de un festejo familiar con una o dos cervezas encima, porque ya es motivo de detención y pago de multa excesiva”, denuncia un comerciante de la ciudad, quien dijo que es preocupante ver cómo el gobierno municipal se mantiene atado de manos ante estas violaciones.

APLICAN LEY DE HERODES

Ultrajes a la autoridad, alterar el orden público, faltas administrativas y robos cuyas víctimas nunca aparecen, son los delitos por los que llegan hasta 50 detenidos tan sólo en sábado y domingo. Uno de los afectados denunció que su hijo fue llevado a los separos acusado de robo y para recuperar su libertad era necesario pagar 15 mil pesos, si no lo hacía amagaban con turnarlo al Ministerio Público, pero nunca apareció quién era el supuesto afectado.

Con Tránsito, Transporte del Estado y la Policía Vial ocurre exactamente lo mismo; Poza Rica es un municipio sin ley, pues tanto agentes policiacos y elementos de vialidad no tienen reparo en pedir altas cantidades para dejar trabajar a taxistas, como si las calles fueran de ellos, incluso cobran por no molestar a particulares. El dinero que exigen no ingresa a las arcas municipales, y por si fuera poco, de lo que estipulan los códigos y reglamentos no hay nada, la única ley que vale es la de ellos.

Mientras tanto, SM Vial también hace de las suyas con las multas a automovilistas que, ante cualquier descuido son objeto de sanciones; lastimosamente, la actual administración no hizo absolutamente nada para revocar la concesión de la empresa que en el 2020 amagaba con colocar más aparatos alrededor del mercado Poza Rica.

Lo más extraño es que las autoridades no sólo no han actuado para frenar estas prácticas que empobrecen al municipio, también las impulsan y permiten desde el mismo ayuntamiento, a través de la dirección de Comercio, donde inspectores se han dado a la tarea de “visitar” negocios en general para extorsionarlos. El testimonio de 3 de estos señalan que recorren los establecimientos para verificar que los documentos estén vigentes, y de no ser así proceden a extorsionarlos.

Indudablemente varios funcionarios alistan su salida del palacio municipal, y mientras algunos lucen ocupados por ajustar a su manera la destinación de recursos, otros se fijan como meta alcanzar determinada cantidad de dinero producto de la extorsión.

Quedan sólo algunos meses y a decenas de funcionarios se les acaba el tiempo, de ahí su desesperación por atracar a como dé lugar, poco importa dejar sin sustento a cientos de familias. Algunos que no tienen un lugar asegurado en la próxima administración, por lo que no quieren irse con las manos vacías, y los que se saben contratados para el 2022, temen que las reglas cambien.